No se puede evitar lo que no se conoce. Por eso la detección temprana de enfermedades posibilita su tratamiento precoz, lo que permite en algunos casos su curación y en otros controlarla y detener su avance.
Además, aunque puede haber un costo inicial asociado con los chequeos preventivos, la prevención de enfermedades graves y crónicas puede reducir significativamente los gastos médicos a largo plazo.
También incluye la educación sobre hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y manejo del estrés, que contribuyen a una mejor salud a largo plazo que puede contribuir a una mayor esperanza de vida y a un envejecimiento más saludable.
¿Cómo entro en el mundo de la prevención? Cambiando el “a mí no me va a pasar”, por el ¿qué debo hacer para que no me pase?